segunda-feira, 11 de junho de 2012

VAMOS POR EL BUEN CAMINO...


  
* Cuando la semana se puebla de cortes, paros, lockouts, cacerolazos y una feroz campaña mediática para desprestigiar a Cristina y su gobierno, 
* cuando vemos la foto de Scioli y los Moyano, preanunciando el pase para otro bando, para sus proyectos personales, 
* cuando vemos a los radicales que para mover su propia interna, utilizan la campaña del Boudou miente, sólo para socavar al gobierno, 
* cuando vemos la corrida por el dólar por parte de una selecta minoría, los rumores de corralito en los que muchos ingenuos caen, porque no tienen elementos de análisis para darse cuenta que la situación actual no tiene nada que ver con aquella, 
* y por último, cuando vemos el triste espectáculo de un pueblo que no sabe organizarse contra la especulación de los poderosos, siempre dispuestos a dar el zarpazo sobre los que menos tienen, ante todo ese cuadro de situación, 


cumpas, sólo se me ocurre decir lo siguiente, con mucha pero mucha convicción: 
¡¡Estamos en el buen camino!! 


El momento crucial en el cual “el modelo” o despega y se consolida, o termina como una etapa más de frustración y sufrimientos, como nos ha pasado tantas veces en los últimos años. 


Cristina sabe conducir, y cada piedra que le ponen en el camino, ella la convierte en flecha para herir el viejo modelo que no quiere darse por vencido. 
Le cuestionan a Raposo, medio flojito el pobre. La pone a Gil Carbo, que tiene más experiencia en lidar contra las grandes corporaciones, la mina tiene principios y autoridad. Es un paso al frente. 


Pero Cristina sola, no es suficiente. Por mucho que la tilden de soberbia y mandona, ella sabe que sola no puede. 


Es una batalla cultural, que debe ser dada por la gran mayoría del pueblo argentino


Es cambiar la cultura de la especulación por la cultura del trabajo. 
                  La cultura de “lo selecto” por la de “lo popular”. 
                  La cultura de Barrio Norte por La Matanza. 
                  La cultura del bandidaje por la de “la honestidad”. 
                  Y por último, la cultura de lo individual, por la cultura de “lo colectivo”. 


Tenemos una suerte muy grande: nuestros enemigos no brillan por su inteligencia, son rotundamente MEDIOCRES. Están tan llenos de odio (el odio de las minorías) que se pasan gritando consignas que justamente desmienten lo que pregonan.
Dictadura”…”autoritarismo” y otras yerbas más..cuando se dan el lujo de llamarla de “yegua” a la Presidenta. 


No les tengamos miedo a los shows mediáticos, sean de Lanata o Tinelli. Este último influencia más que el primero, pero socava los cimientos de una formación ciudadana, con un himno de loas a las lacras de nuestra sociedad deshumana. 


La prensa distorsiona. En Brasil pasaron imágenes de los cacerolazos como si toda la población argentina hubiese salido a la calle, y todos los estratos de la población estuviesen representados. La foto de la plaza fue la de Clarín, no la de Telam. 


Hay periodistas especializados en destilar veneno, algunos abiertamente, otros eligen formas más “cool”, pero siempre con un dejo de tendenciosos en lo que informan. Se la pasan colando el mosquito y tragándose el elefante. 


 Pero igual soy optimista, aunque sea conciente de lo que está en juego. 


Porque esa historia, compañeros, la venimos viendo desde el 45. Y la gente está cada día más avivada. Y los jóvenes de hoy no comen vidrio. 


 Si logramos que la gente pesifique su cabeza, desdolarizándola, 


si logramos que las amas de casa se unan contra la especulación, comprando de los comerciantes honestos y dejando de comprar de “aprovechadores”, 


si logramos que la gente de nuestros pueblos y ciudades exijan cuentas claras de los funcionarios municipales, sean del signo que sean…inclusive aquellos que por ahora, llevan la camiseta K pero que siguen siendo rémora de la vieja política, 


si logramos convencer a la gente que las políticas públicas de Cristina son para beneficio de la gente, y en defensa de su dignidad, mientras que los manejos turbios y electoreros de los barones del conurbano son un uso descarado de la gente y sus necesidades. 


Si logramos todo eso, al 50%, vamos a ganar esta batalla. Y lo será por nuestra organización y unión. 


Y ahí, que la puteen a Cristina, a las Madres, que nos puteen a nosotros.  Putean porque no saben ser felices. 


No hay caso, cumpas: que se queden con la pizza y el champán. Nosotros vamos a preferir mil veces el tinto y el choripán. No es cuestión de gusto gastronómico, es cuestión de ideología. Que están más vivas que nunca.¡Gracias a Dios!

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