Parece increíble, pero es así. En pleno siglo XXI, en una era tecnológica de superavanzada comunicacional, la falta total de transparencia que todos vimos anoche en el escrutinio chubutense, sólo habla PÉSIMO de los fantoches autotitulados como "federales".
¿Pasar los datos en papelitos? ¿Y ese tipo aspira a gobernar la Argentina? ¡Qué vergüenza! Ni se imaginan el papelón que hacen para los que miran desde fuera del país.
Pero todo ese "primarismo" es muy simple: permiten manejos sucios, y no queda prueba de nada. Total, los papelitos luego se rompen.
Hay que marcar a fuego ante la opinión pública este tipo de cosas. Claro que estarán aquellos que por idiotez congénita o preconcepto gorila, van a aceptar esa falta de transparencia como normal. Pero la gente honesta, de sana intención y que está cansada de una política falsa, tiene que analizar y darse cuenta de las matufias que están tramando, de las "malicias" que están ocultando, de la total falta de transparencia, sinónimo de falta de ética.
Sólo que todas esas artimañas de la vieja política tienen vida corta. Los hechos -y no las palabras- indican que hay una recuperación en marcha, y la gente eso lo siente. Por más magia que pretendan estos energúmenos, quieren tapar el sol con un colador. No lo van a conseguir. Como no lo consiguieron en Chubut, aunque hayan conseguido maquillar una disputa acirrada.
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