terça-feira, 15 de fevereiro de 2011

UNA MENTALIDAD DE MIERDA!



La causa del gatillo fácil es, justamente una mentalidad de mierda. Del despreparado que apretó el gatillo, pero también de la corporación que lo formó, y también de la máxima autoridad de quien dependen tanto la Corporación como el infradotado. No es querer pasar factura...apenas hay que dejarlo en claro, justamente, para que consigamos cambiar de mentalidad.
Está claro que la Bonaerense y el Gobernador de la Provincia de Bs.As., igual que Macri en la Capital, tienen una mentalidad represiva, donde es lícito desenfundar y vaciar un cargador sólo por una infracción de tránsito. Esos accidentes no son casuales. Responden a una mentalidad de autoritarismo, de uso de la violencia por la violencia misma, y de creerse que por usar un uniforme o representar a la autoridad, pueden actuar como heroicos justicieros.
En estos días leía un artículo de un joven filósofo argentino, donde argumentaba que la justificación que se da en la mentalidad garca para justificar o amenizar el trabajo esclavo tenía como contrapartida el grito por la inseguridad de esa misma gente, pidiendo "línea dura". La misma respetable señora que reclama del bandidaje, también justifica que bueno, "al final, esa gente está acostumbrada a vivir de esa manera...qué quieren? demasiado con que les dan laburo, etc. etc."
Es una cuestión de mentalidad. De mirar sólo el propio ombligo, sin observar alrededor, y preguntarse qué responsabilidad tenemos todos por esta sociedad en la que vivimos. De hacer algo para que haya más justicia, porque será la única manera de que haya paz. Y que esa libertad que reclamamos (y con razón) es un privilegio que debería ser para TODOS los seres humanos. El día que tengamos vergüenza de tirar lo que nos sobra, o desperdiciar a troche y moche mientras otros no tienen nada, porque total nosotros somos dueños de hacer lo que queremos, etc. etc.
El mayor pecado de nuestra sociedad es el de omisión. Y es la causa de muchos otros, de los que reclamamos.
No queremos la ley de la selva. No queremos protección para los bandidos, pero tampoco sólo para unos privilegiados. La protección, y todos los bienes que la vida conlleva, debe ser para TODOS, porque la vida de cada ser humano es sagrada. La vida de ese pibe que estaba en la plaza de Baradero, con su motito de baja cilindrada era tan importante como la del hijo del comisario. Pero para el policía que descargó su arma entera sobre él, seguramente no lo era.
Por último, un llamado de atención. No se engañen algunos sobre estos defensores del "gatillo fácil". Porque detrás de esa imagen "dura" de combate al delito, puede encubrirse una organización corrupta que se aprovecha del uso de la autoridad en beneficio propio.

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