quinta-feira, 3 de fevereiro de 2011

POR UN MUNDO ÁRABE DEMOCRÁTICO

Tal vez la realidad del mundo árabe, como también del asiático, escapa a nuestra comprensión "occidental". No solemos tener muchos puntos en común, es cierto. O al menos, no somos conscientes de cuáles sean esos puntos en común, que sin duda existen. Pero es bueno en ocasiones como éstas, de aprender la lección de los hechos. A eso se le llama adquirir experiencia, que puede servir en nuestro propio mundo.

Primera lección a ser aprendida: el único camino para un pueblo ser libre es vivir en democracia. Desterrar cualquier tipo de autoritarismo, y aceptar el camino lento pero seguro de las transformaciones en democracia. La democracia significa diversidad, y respeto por esa diversidad. El orden de Mubarak es el orden pregonado por Duhalde. El orden que nosotros reclamamos proviene de las tensiones existentes, solucionadas en el diálogo y la negociación políticas. No hay otro camino.

Segunda lección: la juventud del siglo XXI tiene una fuerza maravillosa. Cualquier juventud, de cualquier parte del mundo. Y aquellos países anquilosados en el tiempo, no dejan de tener una juventud inquieta, que busca nuevos horizontes y nuevos rumbos. En los hechos que están aconteciendo en Egipto, son los jóvenes que más participan y forman la punta de lanza de toda una población cansada de ser pisoteada y masacrada.

Tercera lección: el mundo digitalizado de este siglo, permite el acceso de las masas a los medios de comunicación, que curiosamente en Egipto como en nuestro país, están en manos de esas minorías selectas, que se consideran dueñas de decidir lo que la gente puede saber y lo que debe ignorar. La fuerza de la internet es grandiosa, y tremendamente socializante. Allá, y acá.
Quería remarcar estos tres aspectos, porque nuestra solidaridad con la lucha del pueblo egipcio por su libertad y su democracia, tiene que ser algo más que una simple declaración de buena voluntad, o de simpatía. Hay que aprender la lección de lo que está sucediendo.
Ya sucedió en la Argentina del 2001, pero hay algunos pícaros que pretenden borrar con el codo lo que escribieron con la mano. Hay algunos que prometieron vestir las pantuflas y el pijama, y están ahí queriendo volver al "antes". Yo estoy seguro que los jóvenes, ellos no van a permitir que ello ocurra.
Viva la libertad, mayor don supremo del hombre. Viva la democracia, mejor camino para que la sociedad progrese. Y viva la revolución cibernética, puesta al servicio de esos valores.

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