quinta-feira, 9 de dezembro de 2010

¡CALLÁTE LA BOCA, REPRESOR Y ASESINO!

KOSTEKI y SANTILLÁN: jóvenes asesinados el 26 de junio de 2002, cuando los efectivos del megaoperativo de seguridad ordenado por el gobierno de Eduardo Duhalde dispararon con balas de plomo contra una marcha de desocupados.

¿Ahora nos venís a hablar del “orden”, mejor dicho, se lo decís a los ingenuos estudiantes de Harvard ?(¡qué abajo se han venido los americanos!) ¿Qué es “el orden”, Chirolita? Hay orden cuando hay equilibrio, y hay equilibrio cuando hay justicia. Y hay justicia cuando se cumple el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que termina así: “El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social,… la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.” Y para los malvados xenófobos que están hablando que la mayoría de las personas del Parque Indoamericano son bolitas o paraguas, es bueno recordarles que el preámbulo de la Constitución garantiza los mismos derechos para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino.

El proprio Macri levantó el asunto “de los inmigrantes”, sin considerar que él viene de una família de inmigrantes. Son campeones de la discriminación.

Pero volvamos a Duhalde. El hombre de la mano dura. En cuya Presidencia, la orden para reprimir le costó la vida a Kosteki y Santillán, dos militantes populares. No importa del palo que fueran, eran compañeros. Pasaron 8 años, pero usando la memoria reparadora, se lo vamos a marcar a fuego. Aquella orden...era para preservar “el orden”.
Pero no un orden justo o equilibrado, que tuviese en cuenta necesidades y derechos de todos los envueltos. El orden del que habla el Chirolita Duhalde es el mismo de los milicos, el mismo de los matones sindicales, el mismo de los represores. Es la imposición por la fuerza, generalmente del más fuerte sobre el más débil.

Justamente fue un sindicalista amigo de Duhalde, Pedraza, que montó el tole tole que le quitó la vida a Mariano. Otro militante muerto, ocho años después. Otro cadáver que quisieron tirarle a Cristina, que junto con Néstor fueron siempre inflexibles en no ceder a la tentación de reprimir, por un problema de convicción personal. Pero el Gobierno de Cristina no va a encubrir a nadie, y se va a hacer justicia, para terminar com ese mal de las patotas sindicales, sean del signo que sean. Porque cuando hay principios, no hay amiguismo. (Jaime que lo diga)

Duhalde, vas a lanzarte candidato el 20 de diciembre. Algún encuestero te sopló al oído que mucha gente pide “Mano dura”, y saliste a repetirlo como un simple Chirolita. Tal vez sea ese el público al que aspirás a representar. Pero te faltó entender que la inmensa mayoría de la gente, no quiere la violencia, pero tampoco quiere la inequidad. La injusticia. Y la represión.

Madre con sus hijos, ocupante del Indoamericano.


Es muy fácil imponer el orden por la fuerza. Pero es un engaña pichanga. El orden presupone libertad, respeto, derechos y obligaciones. Pero de TODOS, no sólo de algunos. Esos mismos derechos que la Constitución Nacional garantiza a todos los argentinos, y a todos los hombres de buena voluntad que habitan este suelo.

Nadie quiere imponer la ley de la selva. Pero no es justo reprimir a esa gente, e ignorar la culpabilidad que puedan tener los funcionarios que fueren, y que no cumplieron con su obligación, dejando llegar a ese punto. El hilo se corta siempre por lo más delgado. Pero las cosas no se solucionan matando a la gente. No era gente armada. Apenas ejerciendo un derecho de reclamar, o protestar, o manifestar. Hay muchas maneras de restablecer un orden roto, pero jamás a bala limpia. Mucho menos contra gente indefensa.

Esas muertes, tanto a Duhalde como a Macri, les serán un manchón rojo imposible de limpiar.

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