domingo, 10 de outubro de 2010

¡¡EL MODELO, CHABÓN, EL MODELO!!



Realmente la nota de hoy de Verbisky sobre las intenciones presidenciales de Scioli suena a un excelente operativo de prensa. No porque no sea verdad lo que dice, hasta el más desavisado sabe que debe ser eso mismo, sino por la forma cómo lo plantea, la forma cómo se planta la noticia.

Hay que tener muy claro que la única posibilidad de llevar adelante este proceso es profundizar el modelo, construyendo el proyecto peronista de una Argentina Nueva. Si Néstor y Cristina se han ganado un liderazgo indiscutido en la militancia y en la masa, es porque señalizaron con políticas de Estado un modelo de sociedad que hasta el más desinformado percibió como el verdadero peronismo, aquel de la Justicia Social, de una distribución fifty-fifty, y de una ciudadanía para todos, y no sólo para los sectores privilegiados.
Igual que Eva, Cristina se gana el odio de los garcas, por una razón muy simple: habla claro y duro, no se la guarda, ni la manda decir. Néstor demostró que es timonel de tormentas, y que sabe administrar con mano firme. Y de repente, la gente común percibe, por lo que ve y lo que ha leído, que este gobierno peronista es el más parecido que hubo hasta ahora al primer gobierno de Perón y Evita. Esas son las banderas que nuestra juventud ha rescatado, sin ninguna duda.

Entonces compañeros, calma. Hay que estar convencidos de aquellas palabras del General: con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes.Los que quieran ponerse al frente del pueblo, bienvenidos sean. Los que quieran hacer su quintita aparte, y traicionar el proyecto común, el pueblo sabrá cortarles la cabeza. Sean esos que se autotitulan “federales” pero arrearon las banderas históricas del Movimiento. O sean dirigentes que están en las filas hoy oficialistas.

Es fundamental tener en claro en qué consiste ese bendito “modelo”. Es fundamental saber cuáles son las banderas que no se pueden bajar, bajo pena de dejar de ser peronistas. Es ya hora de definir qué es peronismo. Nos quieren hacer creer que era una bolsa de gatos, donde había lugar para todos. Eso no es verdad. Porque si lo fuera, nunca hubiera sido un divisor de las aguas como lo fue históricamente. Lo que ocurre es que no lo hizo dogmáticamente, intelectualmente. Lo hizo en la práctica política y en las acciones de gobierno.

Claro que hubo y hay en su seno una diversidad de corrientes. También para ser sinceros, hubo mucha mediocridad en gran parte de sus dirigentes. La bendita “verticalidad” muchas veces daba para todo. Pero eso es historia pasada. Muerto Perón, ese personalismo no le cabe a nadie. Sólo queda la doctrina, y la historia.

Quien la lea sabrá que es cuestión de organizarse, en aquel orden de prioridades que ponía el General: primero la Patria, luego el Movimiento y finalmente los hombres.¿Las banderas? No las levantan los dirigentes, las levanta el Pueblo. Y las custodia, para que se cumplan. Porque esas banderas no son pedazos de trapos. Son POLÍTICAS SOCIALES que tienen un único sentido: la inclusión de todos los argentinos, en forma real y no nominal. Nada que ver con esa depreciada liturgia con la que tantas veces se ha usado a la gente humilde. El peronismo, más que sentimiento, es conciencia. Es un sentimiento que se traduce en conciencia y compromiso.

Si lo sabemos explicar a la gente, lo entiende perfectamente.

Y por último, sepamos ser el núcleo de todos aquellos que sin adherir al peronismo-sentimiento como nosotros, quieren una Nueva Argentina Justa, Libre y Soberana. Los nombres son accidentales. Lo que importa son las realidades. Y tenemos que aprender a ser transversales, para ser fieles a los tiempos históricos.

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